viernes, 6 de enero de 2012

Basura en el Distrito Federal

El Bordo Poniente no debió de haberse cerrado. Pudo haber operado durante muchos años más con medidas adecuadas de ingeniería, básicamente, orientadas a proteger sus taludes y los cauces de aguas residuales que lo circundan, así como a resolver su mala cobertura, y a reducir sus emisiones de metano.  El costo de las alternativas que hoy esgrime el Gobierno del Distrito Federal es mayor. Obviamente, transportar basura hasta rellenos sanitarios en el estado de Morelos o a municipios conurbados del estado de México resulta muy oneroso y logísticamente complejo. La composta es necesaria y potencialmente útil, pero es muy difícil encontrar mercados para ella, o al menos encontrar quien quiera recibirla; el costo de transporte es prohibitivo. El reciclaje es un imperativo, pero no existen aún en México mercados de materiales secundarios suficientemente desarrollados para captar y procesar la mayor parte del PET y otros plásticos, vidrio, y Tetrapak. Para lograrlo se requerirían sistemas de depósito y reembolso, o cuotas pagadas por las empresas manufactureras de alimentos y bebidas (refrescos, leche, agua, cerveza, jugos), para financiar la recolección y procesamiento de estas corrientes de residuos. Soluciones  como la incineración o cualquier otro tratamiento térmico, incluyendo la recuperación de energía, requieren fuertes inversiones y elevados gastos operativos, además de que encontrarían una fuerte oposición en la opinión pública.
Es verdad que toda esta panoplia de opciones al relleno sanitario tiene que ser considerada: reciclaje, composta, y tratamiento térmico. Sin embargo, en México, durante mucho tiempo, será indispensable recurrir al relleno sanitario de un porcentaje considerable de los volúmenes de basura generados. Esto, por razones económicas y logísticas, y también políticas. Siendo así, el cierre del Bordo Poniente parece más un capricho que una decisión racional. Más todavía, cuando el Distrito Federal no fue capaz de preparar durante años una alternativa seria y viable. El cierre puede verse como un castigo al Distrito Federal, desde la Federación, por un manejo y una gestión deficientes del Bordo Poniente, como se sabe, ubicado en terrenos federales del ex – vaso de Texcoco. Eran evidentes el escurrimiento de lixiviados, la falta de cobertura adecuada, y la ausencia de sistemas de captación de metano, no se diga de su aprovechamiento para la generación de electricidad.
Durante años el gobierno de la ciudad pospuso decisiones, enfrascado en el manoseo de proyectos fantasiosos e irrealizables que le impidieron plantear una re-ingeniería del propio Bordo Poniente, y alternativas creíbles y económicamente sensatas al manejo de la basura en el Distrito Federal. Incluso, la morosidad en la toma de decisiones llevó a que la mayor parte del metano se haya perdido, escapando a la atmósfera sin provecho alguno, pero significando la mayor fuente puntual de emisiones de gases de efecto invernadero en el Distrito Federal. También se perdió la oportunidad de desarrollar un proyecto para el Mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo de Kioto, y con ello, de participar en los mercados internaciones de carbono, lo que hubiera significado una importante fuente de ingresos para el Gobierno del Distrito Federal, al menos, durante diez años. Puede estimarse que la pérdida total para la ciudad, por simple incuria administrativa, rondaría los 200 millones de dólares. Esta cifra podría fácilmente duplicarse si se contabilizaran los ahorros en la factura eléctrica que podrían haberse logrado con la generación de electricidad a partir del uso del metano, utilizable para alumbrado público, bombeo o para el funcionamiento del metro. El caso es que durante esta administración, y la anterior, el Bordo Poniente, más que ser objeto de decisiones racionales de ingeniería y de política, fue materia de extorsión, búsqueda de rentas,  y cobro de cuentas entre actores políticos antagonizados. Desde luego, todo esto, en el contexto de una notable incapacidad de diseño de alternativas de gestión de la basura en el Distrito Federal. Sin el Bordo Poniente, y sin opciones serias y eficientes, veremos durante el 2012 un fuerte escalamiento en los costos de manejo de los residuos que genera nuestra ciudad.

1 comentario:

  1. Aquí mi comentario y opinión sobre la basura en las ciudades.

    http://arquitecturamexico.wordpress.com/2012/01/17/basura-el-talon-de-aquiles-de-cualquier-ciudad/

    Saludos.

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