viernes, 15 de abril de 2011

La Ciudad, la Izquierda y la Supervía (I)


De la construcción y renovación de infraestructuras dependen las capacidades adaptativas de la ciudad, su economía, calidad de vida, competitividad,  y funcionalidad. No es sencillo para un gobierno surgido  del partido emblemático de la izquierda hacerlo con fórmulas audaces, modernas e innovadoras de alianza público - privada, aún si se trata de proyectos  esenciales para la urbe, como es la Supervía. 
Esto es  más difícil  cuando se contradice una visión de gobierno heredada por el Gran Líder López obrador, y  que ha sido asumida fervorosamente como canónica por amplios sectores de la propia izquierda mexicana ante su anemia intelectual. El tiempo transcurrido permite ya observar serenamente la herencia, sin el velo de épica ramplona en que envolvió su gestión al frente del gobierno del DF entre el 2000 y el 2005. Por un lado, destaca la restauración paternalista, inhibidora de ciudadanía y responsabilidad individual, por medio de la gratuidad o subsidio generalizado a los servicios públicos, y la distribución extensa de subvenciones o dádivas a grupos de interés reclutados así como electores cautivos. Por el otro, la entrega en forma casi institucionalizada del espacio público y otros servicios vitales a organizaciones corporativas adheridas al partido en el poder – como el ambulantaje, propietario ahora de plazas, calles, parques, paraderos,  inmediaciones de estaciones del metro y de hospitales públicos, ¡y aún de la Alameda Central y Chapultepec! Debe abonarse a esta visión, también,  el abandono deliberado y la decadencia de  bienes públicos  estratégicos  de la ciudad, que son de baja fecundidad en rendimientos clientelares de corto plazo y cuyo mantenimiento es  costoso, como el metro, el drenaje profundo, el sistema de aguas, y el aparato  de seguridad, así como trabajos elementales de bacheo y aseo urbano; y ello, a pesar del ejercicio relajado del presupuesto hecho posible por un endeudamiento galopante. La deuda pública del Distrito Federal aumentó casi en un 100% entre 1999 y 2006, de 22,962 a  45,608 millones de pesos. Un complemento necesariamente pragmático de esta visión fue la construcción de prominentes obras viales de uso gratuito, de pésima calidad, financiadas con recursos públicos o cínicas transacciones con empresas constructoras, motivadas por la intención de ganar la benevolencia electoral de clases medias y altas.
La Supervía, obra concesionada y de cuota,  confronta esa visión. Por tanto es un proyecto riesgoso, cuando está en juego una candidatura presidencial y cuando el adversario (López Obrador), además vicario del canon, es capaz  de movilizar  huestes y otros medios en contra.  También, cuando la oposición política  en la ciudad se suma al sabotaje  en un mezquino cálculo de suma cero, y ve engrosadas sus filas con la peregrina Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal. Y, desde luego, cuando se trata de un proyecto de interés general que conlleva  compensar con justeza ciertos impactos ambientales, al igual que a propietarios y vecinos afectados.
La Supervía es uno de los pocos medios existentes para aliviar la abultada hernia que se estrangula dolorosamente al poniente de la ciudad, en Magdalena Contreras, Álvaro Obregón y Cuajimalpa,  cuya población se ha quintuplicado desde 1970. Santa Fe es su tejido neurálgico, que induce  un crecimiento explosivo de vivienda media y alta en sí misma, y en su  zona adyacente de Las Águilas y Tarango. Se extiende por lomas y barrancas infartadas con congestionamientos bíblicos, apenas conectadas por  vialidades tortuosas, entre topes, escuelas, comercios, ambulantes, semáforos,  paraderos, y desde luego, vecinos enloquecidos por el tráfico. Miles de personas que trabajan en Santa Fe deben viajar por ahí durante horas para ganarse la vida y mantener sus empleos. Cada día se llevan a cabo más de 65 mil viajes en auto y 95 mil en transporte público entre el sur y el poniente de la ciudad. El 60% de los traslados tardan más de dos horas y media en promedio, llevándose el doble de tiempo quienes los hacen en transporte público. El congestionamiento se transmite en metástasis hasta las Lomas de Chapultepec por Reforma y Constituyentes, por quienes buscan una vía alternativa para acceder a Santa Fe desde el sur; el Periférico se sobrecarga y satura absurdamente no sólo  con los viajes norte – sur, sino también con los sur – poniente. Soslayar este problema desde el gobierno no sólo sería irresponsable sino inhumano.

8 comentarios:

  1. Es curioso leer cómo, por un lado, se critica a las políticas de vivienda (por ciertamente estar determinando la urbanización caótica) y por el otro, se anima a seguir con las (mismas) políticas de transporte que han sido parte también del caos urbano.

    Es decir, así como en materia de vivienda las políticas públicas no han ayudado a configurar patrones sustentables, lo mismo ha pasado con el transporte urbano: éste ha respondido a una visión acotada de ciudad (e.g., como aquella imagen de, cito, «viviendas impersonales sin espacios funcionales de convivencia y recreación»). Una supervía sigue siendo, con todo y lo sofisticado del instrumento económico que la "respalde", un motor para el crecimiento (que no desarrollo) del transporte motorizado.

    Insistir en un modelo de pago por el uso del espacio (amén de externalidades "in situ"), e ignorar, sobre todo, el uso del auto (histórico y actual) hecho ya dependencia, nos mantiene en el círculo vicioso del transporte (y su desordenado crecimiento).

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  2. Hay dos puntos con el que difiero de MAAG (comentario de arriba), lo haré coloquialmente: en el primero, donde afirma que las vialidades, denominadas "las mismas políticas de transporte", son producto del caos de la urbanización comparado con la vivienda de gallineros desconectada de todo (en lo que todos estamos de acuerdo). Entonces, pregunto: ¿Cómo es que una obra vial que, precisamente va a tratar de darle orden al caos vial que existe en Santa Fe por su aislamiento y mala planeación original, contribuye al caos urbana? ¿No sería más bien que, no hacer nada es lo que contribuye al caos urbano?

    Es decir, el hecho de que el origen de Santa Fe haya sido turbio, o que el desarrollo en sí ahí sea "malo" en términos urbanísticos, ¿eso excluye que ahora se trate de comunicarlo y de darle una alternativa vial a las más de 70mil personas que van diario en auto privado del sur hasta allá?

    Y para eso que menciona del fomento a la urbanización caótica; ¿en qué momento se ha dicho que la Supervía está diseñada para alentar la colonización (lo poco que queda) del poniente de la Ciudad? Si ese es el mejor argumento en contra de la Supervía creo que está fundado en algo que aún no pasa. Entiendo la preocupación y la desconfianza, porque así han sido muchos proyectos en el DF, pero precisamente el de la Supervía, al surgir con esa preocupación, fomentó planeación ambiental y urbana amplia desde su origen. Por ejemplo: se decretaron como áreas protegidas la barranca de Tarango y la de la Loma para evitar invasiones y desarrollos ahí, se creó un fondo ambiental para restauración forestal de la zona y para obras de mitigación de más de 15 millones de dólares. Con esto se espera o se evitará la urbanización sin control.

    En todo caso, las invasiones que fomentan muchos diputados y delegados de la zona son las preocupantes, aunque gracias a la Supervía y a lo que la rodea (lo que acabo de mencionar), se evitará un poco. Y bueno, finalmente si hay más desarrollo en Santa Fe, ¿Qué tiene de malo si ya está plenamente desarrollado y tendrá comunicación vial diversa?

    Respecto a esto, no sé por qué nadie habla de las invasiones originales como La Malinche, principales opositores a la Supervía. Y no nada más las colonias pobres, también otras invasiones y desarrollos que se construyeron en el poniente de Magdalena Contreras (recientes o viejos), que fueron los primeros que propiciaron todo el caos ambiental y urbano en la zona. Y ahora ellos, los que originalmente invadieron, por motivos de falta de terrenos donde habitar o simplemente porque abandonaron el centro de la ciudad pra tener "vista al bosque", se oponen a que les pongan vialidades que solucione el caos vial que hay en todo el poniente.

    No neguemos que Santa Fe es un polo económico muy relevante para la Ciudad y para el país; tiene muchos trabajadores que tienen que hacer a veces más de 3 horas para llegar. ¿Había que ignorar esto? ¿O usted está proponiendo solo hacer transporte público? ¿Y si los 70 mil que van del sur a Santa Fe no quieren dejar su coche (que es lo más probable)? ¿Los obligará por decreto a no poder usar su coche, como siempre lo han hecho, y a subirse a un camión? Por eso la Supervía tendrá varias rutas de camiones RTP que no pagarán peaje por si así lo gustan. Un RTP decente actualmente no puede circular por las callesitas y barrancas que van del sur a Santa Fe, necesitaban vialidades.

    ¿O usted está proponiendo que destruyamos Santa Fe porque fue un desarrollo mal planeado? Habría que destruir muchos asentamientos entonces. ¿O propone que olvidemos a los de Santa Fe? Más bien, ¿Qué solución le daría usted al problema vial de Santa Fe en materia de transporte privado? ¿Qué política pública propondría usted para este problema?

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  3. La supervía no dará orden al caos: tan sólo lo contendrá en un corto plazo (cf. segundos pisos del Periférico) sin darle solución al problema, i.e., uso indiscriminado del auto y expansión de la mancha motorizada en la ciudad. La crítica es a la "solución" propuesta y no en sí al hacer o no hacer algo por el orden del caos.

    Comunicar algo mal planeado no es necesariamente igual a construirle una vía (así sea súper). En tal caso, acaso valdría la pena introducir transporte compartido (o mejores rutas de transporte público) antes de optar, como otrora, por un llano y simplista «pues, claro, si no cabemos aquí: ¡segundo piso!», ahora es el momento de pensar dos o más veces el cómo estamos, al construir, destruyendo aún más la ciudad (y su calidad de vida).

    La supervía, pues, fomenta —al mantener— el uso indiscriminado del auto. Ello es un hecho y he ahí los datos históricos del cómo los habitantes de la ciudad han desarrollado una dependencia al auto. De ahí la preocupación: una vía más (así sea con áreas naturales protegidas de por medio) es seguir montados, literalmente, en el mismo motor.

    La cuestión en sí es qué clase de «desarrollo» es el que se quiere para Santa Fe y el resto de la ciudad. Que no se confunda desarrollo con crecimiento: éste lo ha habido, sin duda, aquél: no.

    Si bien los decretos o medidas unilaterales están por demás, los instrumentos económicos debieran buscar, dada su flexibilidad, ir más allá de una mera visión utilitaria del problema: antes de precios, demanda y oferta, se lidia en verdad con patrones de comportamiento, y éstos han de ser, claro, orientados. ¿Qué podrían las empresas de Santa Fe ofrecer como medios alternos de transporte? ¿Cómo podrían compaginar sus intereses con los de la ciudad? ¿Cuántos empleados con auto podrían compartirlo? ¿Qué tipo de vehículos en el transporte público pueden ser utilizados para lidiar con la calidad de caminos hasta ahora en el área? ¿Qué nuevas rutas se podrían implementar? ¿Qué calles/avenidas se pueden remozar (antes de construir nuevas)? Opciones hay, sí, que exigen una mayor participación: públicas y privadas.

    Saludos cordiales, y gracias por el intercambio.

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    1. Para MAAG: Después de haber leído detenidamente ambos argumentos, y de estar en acuerdo con puntos de vista tantos suyos como de Luciano, creo que en su respuesta faltó una parte crucial de la primera respuesta de Luciano:"Qué solución le daría usted al problema vial de Santa Fe en materia de transporte privado? ¿Qué política pública propondría usted para este problema?". Contestó esa pregunta diciendo que esas propuestas las debería hacer alguien más (empresas, los mismos empleados de Santa Fe) sin embargo usted que está suficientemente interesado en el problema como para haberse metido a este blog no propuso nada. Lo invito a hacer sus propuestas, Luciano le hizo la pregunta de manera seria y con su completa atención. Criticar sin proponer no sirve de nada, este es un foro abierto, exprímalo! Saludos

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  4. Luciano no defiandas tanto a tu padre, ademas de ser asesor de la SMADF y lindo amigo de Martha Delgado, todos estas en las misma mierda de sangrar solo las arcas del gobierno

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    1. Para MAAG: Después de haber leído detenidamente ambos argumentos, y de estar en acuerdo con puntos de vista tantos suyos como de Luciano, creo que en su respuesta faltó una parte crucial de la primera respuesta de Luciano:"Qué solución le daría usted al problema vial de Santa Fe en materia de transporte privado? ¿Qué política pública propondría usted para este problema?". Contestó esa pregunta diciendo que esas propuestas las debería hacer alguien más (empresas, los mismos empleados de Santa Fe) sin embargo usted que está suficientemente interesado en el problema como para haberse metido a este blog no propuso nada. Lo invito a hacer sus propuestas, Luciano le hizo la pregunta de manera seria y con su completa atención. Criticar sin proponer no sirve de nada, este es un foro abierto, exprímalo! Saludos

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    2. Me equivoqué de ventanilla y no pude borrar el comentario. Sin embargo a diferencia del argumento de MAAG, a ti "anónimo" te comento esto: tu respuesta tiene el mismo fondo e importancia que alguien que descarta a alguien más por ser un "pinche rico" o un "pinche naco". Seguramente no acabaste de leer todo, no pudiste escribir una sola oración sin faltas de ortografía y en lugar de discutir el tema recurriste a insultos y groserías ya que tu cabeza no te da para más. Respeta que este es un espacio para exponer y proponer ideas, dos cosas de las cuales una MAAG ya hizo. En lugar de escribir sandeces infantiles e ignorantes mejor ponte a hacer propuestas. Si eres tan honesto y descartas a Luciano automáticamente como un corrupto seguramente es porque a ti se te ocurre una mejor idea no? O tu mejor respuesta va ser "me la pelas"?

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  5. Está bien señor anónimo; dejaré de defender a mi padre, renunciaré a la SMA y dejaré de "sangrar" las sagradas arcas del gobierno. Con esos argumentos usted gana. Me rindo.
    Luciano.

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