
La sequía es un nuevo motivo de extorsión por parte de los líderes campesinos de siempre, los mismos que se opusieron a las reformas liberalizadoras del Artículo 27 Constitucional durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, los mismos que se opusieron al TLC, los mismos que gritaron que "el campo no aguanta más". Ahora han venido a extorsionarnos otra vez, y se han llevado más de 30 mil millones de pesos, prometidos por el gobierno federal; espléndido negocio para ellos, fatal para México. Tal vez no lo sepan, pero los efectos del cambio climático les ofrecen oportunidades doradas de chantaje, y de acceso a una renta anual permanente por el resto del siglo, a costa de los contribuyentes.
La ciencia del cambio climático es elocuente al respecto. Casi todos los modelos macro-meteorológicos y de circulación atmosférica proyectan que, ante el aumento de las temperaturas promedio de la tierra, las latitudes de transición entre los trópicos y las zonas templadas, en el centro y norte de México y sur de los Estados Unidos, así como el sur de Europa y el norte de África, Australia, el centro - norte de China y de la India, y el Asia central, van a sufrir episodios cada vez más recurrentes y prolongados de sequía extrema. Esto, por la supresión de evaporación debida a las altas presiones generadas por un desplazamiento (a latitudes mayores) de corrientes de aire descendentes que provienen de los trópicos, y que además pierden más humedad durante su trayecto desde el ecuador. (http//serc.carleton.edu/details/images/10044.html). En concreto, el aire en esas zonas, estará cada vez más seco. Mientras tanto, la desertificación avanza aceleradamente en el territorio nacional, como se puede ver con angustia en la reciente imagen de satélite divulgada por la NASA (http://1.usa.gov/w8m28V).
Si el gobierno mexicano quiere sostener hasta la ignominia ecológica, económica y social - y por el resto del siglo - a los sectores de población que habitan y viven en condiciones de subsistencia en zonas condenadas a la sequía por el cambio climático, que lo admita con franqueza y nos lo comunique. También a los líderes campesinos, quienes estarán de plácemes. Por el contrario, si el gobierno quiere mitigar con seriedad las consecuencias del calentamiento global, y reducir la vulnerabilidad con políticas serias de adaptación, es exigible que rectifique, cancele los subsidios que hoy se otorgan, y los utilice para financiar una emigración ordenada a las ciudades, que asegure la inserción productiva de los migrantes en la vida urbana.